Los actos indirectos.. poesía de amor y rebeldía..

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poesía de amor y rebeldía..

No siempre ser valiente es desafiar explícitamente al Poder, a veces, y sólo a veces, el desafío es implícito; no está en gritar “no estoy deacuerdo”, sino en dar un beso, en darlo sin miedo, sin temor, sin inseguridad. Dárselo al Poder, a lo temido y a lo negado por Él, al castigo del Poder. Porque si para Él el amor está fuera de sus reglas, fuera de su mandato y de su autorización, ese beso es una cachetada, una que es más fuerte aún cuando el Poder lo sospecha e implícitamente lo sabe. Sin decirlo igualmente es dicho; de otra forma, de una forma que desautoriza a la autorización y así a la jerarquía. Gritar “no estoy deacuerdo” puede esperar, fortalecerse y madurar; lo que no puede esperar es ese beso, ese golpe apasionado que desautoriza el mandato.
Hay palabras que se dicen y son vacías, su sentido es i-n-ú-t-i-l; pero hay palabras que no son dichas, más por eso no dejan de existir, de cachetear. Porque un beso sincero, un beso apasionado, un beso sin tiempo ni espacio re-construye una palabra que así rompe con todo límite, con toda restricción, una palabra que se deconstruye al liberarse y desafiar en silencio un mandato, una estructura y un imperio que domina a los gritos, esa palabra es una que escuchamos hace mucho, pero que intentamos deje de ser la misma...A-M-O-R.